“[…] Nos sorprendemos porque no vemos que, debajo de la superficie del presente, hay siempre un material humano que propicia el cambio: la indignación contenida, el sentido común, la necesidad de formar una comunidad, el amor a los hijos, la paciencia de saber esperar el momento oportuno para actuar en unión con otros seres humanos. Esos son los elementos que saltan a la superficie cuando irrumpe un movimiento en la historia.
La gente es práctica. Aspira al cambio, pero se siente impotente, sola, no quiere ser esa brizna de hierba que asoma sobre las demás y que alguien pueda cortar. Esperan a que otro dé el primer paso, o el segundo. Hay momentos de la historia en que algunas personas intrépidas deciden correr el riesgo de dar ese primer paso porque creen que así otros les seguirán e impedirán que quede en nada. De entenderlo así, podríamos ser nosotros los que diéramos ese primer paso.
No es una fantasía. Así es cómo han ocurrido los cambios una vez y otra en tiempos pasados, incluso en pasados muy recientes. Estamos tan abrumados por el presente, es tal la avalancha de fotografías y noticias que se nos vienen encima todos los días y sofocan la historia que no es extraño que perdamos las esperanzas.”
Howard Zinn (1922-2010). Fragmento de Nadie es neutral en un tren en marcha, publicado por Editorial Hiru (2001), traducción por Rosa Berdagué.