(CIUDAD DE GUATEMALA, 22JUL21). La semana pasada describimos las cuatro principales estrategias que usted, como parte de la oligarquía nacional, emplea para consolidar su poder a costa de la muerte de cualquier posibilidad democrática: la estrategia del amaño electoral; la estrategia de captura del Estado; la estrategia del pensamiento hegemónico, y la estrategia de la aceptación masiva de la desigualdad por autofracaso.
Con estas estrategias operando parecería que usted va a ganar esta batalla entre la democracia y la Eleq’oncracia, pero le anticipo que no será así y ahora se lo explico: tome en cuenta que bajo este sistema político actual se han creado enormes contradicciones, el espacio de conflicto se ha ampliado mucho y, en alguna medida, esto significa una oportunidad para lograr alianzas sociales ya que el número de víctimas de este estilo de crecimiento económico, de la prostitución del poder público y de la organización inhumana de la sociedad cada día tiene más personas afectadas y deseosas de un cambio: desempleados y trabajadores precarizados en el campo y la ciudad; campesinos, amas de casa y jóvenes oprimidos por la incertidumbre del futuro. Millones de personas hartas de clamar por justicia e igualdad.
Usted mismo, con su codicia infinita, está abriendo las puertas a la unidad del pueblo, le está dando una causa común: unirse contra usted, juntarse para quebrar las bases de esto que usted y los suyos han configurado y que lleva a Guatemala por el camino de la dictadura.
Así como usted se organiza para mantener su poder, así una mayoría de ciudadanas y ciudadanos camina para construir una ruta política para la democracia y la reivindicación del valor del poder público para construirla y profundizarla, con los siguientes principios.
Cada vez una mayoría sabe que sí se puede construir un mejor país, un Estado laico y democrático, respetuoso de los conocimientos ancestrales y de la ciencia, fundamentado en la igualdad, la empatía y la diversidad. Todos los saberes, los ánimos, la imaginación y la creatividad, el arte, la tecnología son necesarios para apoyar esta causa tan abarcadora contra la suya que, como diría Otto René Castillo, es una estrategia a contrapecho del hombre. El fin de su Eleq’oncracia, de sus propietarios y sus mayordomos, y todo lo que ella implica no será hoy, ni mañana, pero cada día está más cerca.
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Una versión de esta columna de opinión ha sido publicada por el vespertino La Hora en su edición del jueves 22 de julio de 2021.