(CIUDAD DE GUATEMALA, 31MAR22). Las universidades públicas, en particular en contextos políticos que urgen la garantía democrática, son un elemento fundamental para la transformación social: es en el seno de la universidad pública en el que se han gestado, a lo largo de la historia de la civilización, y de la guatemalteca en particular, la posibilidad de consensos políticos que abonen al cambio democrático y al encuentro de diversas miradas que, a la luz del conocimiento, son capaces de comprender y trazar el camino al desarrollo y la paz. La universidad pública es también la puerta abierta para que una sociedad cambie las armas y los soldados por libros, aulas, laboratorios y maestros que ayuden a preparar profesionales con vocación y capacidades para empujar el futuro que las mayorías anhelan.
La historia reciente de Guatemala, el último siglo en particular, ha estado marcado por dictaduras, violencia y opresión. La Universidad de San Carlos (USAC) ha sobrevivido a la infausta lista de dictadores que han promovido su cierre, su cooptación y la reducción a su mínima expresión asfixiándola financieramente. Sin embargo, estos intentos, casi siempre han logrado ser repelidos gracias a una sociedad que la reclama la universidad pública como propia.
El proceso para la elección de rector que se está llevando a cabo en la actualidad en la USAC —rectora de la educación superior guatemalteca— está constituyéndose en un nuevo y potente intento de captura por esa alianza criminal que ha logrado instalarse en el poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial, con el fin de fortalecer sus privilegios, agrandar los espacios de corrupción y garantizar la impunidad de sus actos. Les apetece la USAC porque esta casa de estudios además de ser un centro académico vital para el desarrollo y la democracia de Guatemala, con más de 200,000 estudiantes, como entidad autónoma de rango constitucional, es también un espacio político de mucha influencia: posee iniciativa de ley, sus delegados participan en espacios de toma de decisión nacional, como magistrados y directivos representantes y en diferentes instancias relacionadas con la selección de altos cargos públicos. Si la USAC queda en manos del oficialismo actual, representado en el candidato Walter Mazariegos, la destrucción de la universidad pública y su misión estará consumada.
Es por ello que toca hacer un llamado y exigir a los demás candidatos que, en un gesto de comprensión y compromiso con la democracia y priorizando la vida y continuidad autonómica de la USAC se unan. Tanto Nueva USAC, con su candidato Erwin Calgua, como Avante, con Carlos Valladares, Identidad Sancarlista, con Luis Suárez, y SOS USAC con Jordán Rodas, así como las planillas independientes deben lograr un acuerdo que permita, en primer término, la no elección de Mazariegos. En segunda instancia, la conformación de una rectoría de unidad y un plan de trabajo y de rescate a la universidad que cuente con la legitimidad de toda la comunidad universitaria. SOS USAC ya ha hecho el llamado a la unidad.
Elección de cuerpos electorales para elección de rector de la USAC, al 30 de marzo de 2022
Candidato | Electores | Cuerpos electorales ganados |
Jordán Rodas (SOS USAC) | 45 | 9 |
Carlos Valladares (Avante) | 25 | 5 |
Luis Suárez (Identidad Sancarlista) | 20 | 4 |
Erwin Calgua (Nueva Usac) | 10 | 2 |
Independientes | 5 | 1 |
Walter Mazariegos (Innova) | 45 | 9 |
Para ganar se requiere como mínimo | 86 | 18 |
La comunidad universitaria ―egresados, estudiantes, docentes, personal administrativo y directivo― debe buscar una solución para que la USAC no sea presa de las hordas criminales que hoy tienen capturado el poder público.
Estamos frente a una coyuntura histórica; un momento de definición. La USAC es no es perfecta, pero es trabajo comunitario, es oportunidad de cambio, es ciencia y conciencia puesta al servicio de las mayorías. La USAC es pueblo, es oportunidad para el cambio estructural en todas las esferas de la vida en comunidad. La USAC es vital para la sociedad y salvarla de los chacales, es ayudar a salvar la democracia.